¿Sabía que la mayor parte de las veces que comen tus pacientes no es por hambre físico sino por hambre emocional?
Seguramente algunas de las siguientes situaciones te resulten familiares bien en ti mismo/a o en tus pacientes de consulta si eres dietista-nutricionista:
- Estás nervioso y con asiedad y te da por comer.
- Llegas cansado/a y enfadado/a del trabajo y cenas de manera copiosa
- Algo te preocupa y comes esa comida que siempre hace sentirte bien…
Pues bien, esto es el hambre emocional, y ¿cómo diferenciarlo del hambre real? La siguiente pautas te servirán para poder aplicarlas en tu consuta de nutrición. Será hambre emocional si…
- Sigues comiendo a pesar de ya estar lleno.
- El hambre aparece de repente y se convierte en algo urgente. (El hambre físico aparece gradualmente.)
- Sólo puedes saciar el hambre con alguna comida específica.
- Después de comer aparecen sensaciones de culpa.
Y ¿cómo trabajar el hambre emocional?
Para conseguir un cambio de hábitos en este aspecto el coaching nutricional cuenta con herramientas de gestión emocional que harán que la persona sea consciente y sepa identificar el tipo de hambre que tiene en ese momento.
Mediante sencillas herramientas se podrá ir cambiando el hábito de hambre emocional por diferentes alternativas que harán que se gestione de una manera más saludable la relación entre los alimentos y las emociones.
“Si la vida no te sabe deliciosa, no habrá comida que te sacie.”
Destacar que el único truco para integrar estas técnicas es practicar, practicar y practicar… exactamente igual que aprendemos todo en la vida, no hay más secretos así que os invito a probar su utilidad y a comentarlo en nuestra web , Facebook o Twitter! También os invito a descubrir su utilidad a través de algunas de nuestras formaciones sobre esta temática y disfrutar de sus resultados inmediatos.
¡Un saludo del equipo de IBINE!